El uso de esta herramienta nos puede ayudar a detectar los vicios y virtudes de nuestro comportamiento habitual. De nosotros dependerá si depositamos la fuerza de nuestra energía en unos o en otros.
Su uso nos puede ayudar a librarnos de nuestros fanatismos y de las ideologías tendenciosas que se han introducido en nuestras mentes tan sutilmente que ni nos dimos cuenta del cómo se fueron integrando a nuestra personalidad.
Las herramientas propuestas en este ensayo podemos usarlas en forma superficial o con una gran intensidad, desde la esencia más interna de nuestro ser. Sé que no faltará quien las utilice en forma sesgada, egoísta y mercantilista, situación que queda fuera de mis posibilidades de control. El uso de la CET está orientada para prepararnos, mientras más veces la utilicemos, para identificar, cultivar, desarrollar y manifestar las virtudes propias del ser humano.
Las virtudes que en el momento actual ya se hayan incorporado a nuestra conducta habitual, requieren ser “ejercitadas” para que logremos que florezcan y se desarrollen en nosotros y no se queden solamente en su estado latente. Las que no poseemos todavía pueden irse adquiriendo en forma amena a través de su descubrimiento y práctica conciente. La CET es una herramienta que sirve para ejercitar el desarrollo de nuestras virtudes a través de la práctica constante y en forma simple, útil, bella, buena y justa.
El uso de la CET y la creación de Círculos Virtuosos, son un excelente medio para lograr estar presentes, aquí y ahora, constantemente durante nuestras vidas ordinarias. Ya que para poder usar estas herramientas resulta indispensable que el practicante esté plenamente conciente, pues esto es requisito para realizar voluntariamente un esfuerzo de conciencia, mismo que genera en nuestro ser una energía fina no ordinaria, que es conocida con diferentes nombres como “poder personal”, “luz interna” y otros.
Por lo tanto, aún más importante que el resultado externo de nuestras acciones, es el beneficio interno de estar generando energía fina, es decir, una gran cantidad de energía luminosa que nutre, purifica y hace crecer nuestro ser.
Ahora bien, hasta este punto de mi escrito, he dado especial importancia a la aplicación de estos conocimientos en “uno mismo”, porque estoy convencido que toda mejoría que queramos ver en el mundo inicia en nosotros mismos, si deseamos un mundo pacífico, la paz debe nacer, nutrirse y crecer en nuestro interior, que es la parte del universo sobre la cual tenemos directa injerencia y un real poder de acción.
Ya vimos por qué se llama Cruz y Espiral, falta discurrir sobre el calificativo de Todoabarcante. Precisamente esa cualidad llama nuestra atención a los diferentes ámbitos en que todas nuestras acciones tienen un efecto por el muy conocido y simple fenómeno de resonancia.
En efecto, cada una de nuestras acciones provoca reacciones en el universo en que vivimos. Un fenómeno físico que sirve como ejemplo de esta aseveración, consiste en dejar caer una piedra en un lago; ésta provoca ondas visibles en la superficie que parten desde el centro hasta la orilla y esto sucede aunque la piedra no tenga conciencia del acontecimiento que desencadenó. De igual forma todas nuestras manifestaciones como seres humanos tienen repercusión sobre todo el universo, aunque no lleguemos a ser concientes de ello. Es muy probable que nosotros no sepamos cuáles son las consecuencias de nuestro actuar cotidiano en el entorno lejano, pero si nos lo proponemos podemos llegar a saber al menos cuáles son las intenciones de nuestros actos, es decir, podemos saber si nuestra intención fue positiva o negativa.
La vibración benéfica de nuestros actos tiene efectos sobre nosotros mismos y, en forma progresiva, sobre la familia, las amistades, el barrio, la ciudad, el país o nación, el continente, el planeta, el sol, el sistema planetario, la galaxia el cosmos, lo desconocido, lo incognoscible y la infinitud multidimensional. Por lo tanto el efecto resulta Todoabarcante.
EJERCICIO INTELECTUAL PARA LOS USUARIOS DE LA CRUZ ESPIRAL TODOABARCANTE
a) Recopilar las definiciones de cada una de las palabras incluidas en los diferentes niveles de esta herramienta, con el fin de dar claridad sobre los significados y esto mejore nuestros elementos de juicio.
b) Elaborar nuestra propia definición en los casos en que lo consideremos necesario.
c) Escribir nuestros comentarios y opiniones sobre el tema, con el fin de releerlo un año después para su revaloración.
ÉTICA, MORAL, BUENAS COSTUMBRES Y POSIBLES HERRAMIENTAS DE MANIPULACIÓN
En nombre del amor al conocimiento, durante muchos siglos, los filósofos se han dedicado a bordar infinidad de conceptos y comentarios en torno y sobre a la ética. Con el paso del tiempo, en nombre del bien, se ha formado un descomunal listado de mandatos morales o mandamientos, que a priori han establecido la bondad de su aplicación y obediencia.
A través de los años se ha producido y acumulado una enorme cantidad de literatura sobre estos temas. Actualmente embarcarse en la tarea de investigar textualmente el significado de Ética, resulta un viaje por el oscurantismo barroco de un mundo plagado de retruécanos intelectuales y, en el caso de la búsqueda del sentido profundo de Moral, encontramos planteamientos e interpretaciones convenencieras y manipuladoras, muy alejadas de lo que podrían haber sido sus originales postulados básicos.
Independientemente de que la Ética se pueda definir etimológicamente como la ciencia de las costumbres, lo que nos interesa es que la Ética estudia la bondad o maldad de los actos humanos. Si la Ética solamente fuera la ciencia de las costumbres, entonces sería la encargada de estudiar al ser humano adormecido en los hábitos, rutinas y el automatismo social.
En la búsqueda del bien común, del bien social, se pueden generar normas morales que sirvan para regir la interacción de los diferentes grupos sociales. La sociedad en su conjunto ha generado una serie de normas que, a fuerza de su repetición, se han hecho costumbre y de ahí se han generado normas jurídicas o leyes.
Para que la norma jurídica o moral se haga cumplir se requiere dotarla de un carácter coercitivo, ya que en muchos casos priva el interés personal sobre el interés colectivo. Si el ser humano estuviera en un nivel mucho más evolucionado, tal vez no se requería adicionarle el carácter coercitivo a las normas morales. Mientras este no sea el caso se dotará de fuerza a la norma a través de su coercitividad.
El grave problema ético-moral de la sociedad actual se gestó y creció paulatinamente conforme las normas fueron manipuladas en forma inmoral por los grupos de poder y sus cómplices intelectuales, para responder a los poderosos intereses creados.
Es conveniente tomar en cuenta que lo que fue útil, bueno y justo hace siglos, puede ya no serlo en el presente. El desarrollo de la sociedad y la evolución del ser son procesos dinámicos que van cambiando con el tiempo, por lo tanto, la percepción humana de lo que es ético puede variar hasta el grado de volver inoperantes o anacrónicas algunas normas sociales, jurídicas o las ideas, antes generalmente aceptadas. El miedo al cambio y a la innovación, además de los intereses creados, son fuerzas que se oponen a la evolución de las ideas, las normas y la ética misma.
Para constatar por nosotros mismos la auténtica conveniencia social de cualquier norma moral o jurídica, es necesario revisar que sea útil, justa y buena, tanto para nosotros como individuos, como para nuestros semejantes y todo el entorno, desde el aquí y ahora.
Cuando un nuevo ser nace se agrega al entorno social. Invariablemente, desde sus primeros meses de edad queda bajo la influencia de las normas morales aceptadas por su entorno, y éstas penetran el siquismo de la persona desde la primera infancia a través de los consejos y de la educación para la convivencia ordenada, que incluye prohibiciones y recompensas; lo que a la postre determina la futura conducta del individuo. Estas normas son impuestas por la presión sociofamiliar y aceptadas conciente e inconscientemente por cada uno de nosotros.
Con el tiempo y el crecimiento biológico de la persona, al llegar a la adolescencia, afortunadamente, se presenta la necesidad de libertad y esto provoca un proceso de colisión de normas morales; entonces el adolescente vive el enfrentamiento originado por la diversidad de sistemas morales que conviven en la sociedad moderna globalizada, para finalmente ser obligado a adaptarse a la moral particular de su ámbito cultural.
Si ejerciéramos libremente la posibilidad de elegir, conformaríamos conscientemente nuestra propia escala de valores, tomando lo que nos pareciera más conveniente; esto modificaría en su oportunidad, los valores impuestos socialmente para armonizar las áreas del ser, el deber ser y la libre autorrealización. Eso no sucede así y, por la fuerza de la costumbre, finalmente se continúa hasta el final de la vida con los rutinarios puntos de vista y las habituales reacciones emocionales.
El conjunto conformado por la ética manipulada y las buenas costumbres, si bien tiene un carácter positivo para mantener, mal que bien, la operatividad de la vida “común y corriente” en sociedad, se convierte en una tenebrosa fuerza negativa para los valientes seres humanos que pretenden evolucionar, ya que se requiere iniciar una lucha interior que rompa la mecanicidad de las rutinas que los mantienen adormecidos, para dar origen a una auténtica y sana conciencia moral.
Además, no es posible determinar una moral general o universal, ya que existen muchos factores cambiantes que influyen en la dinámica de lo que se considera humanamente moral; sería difícil generalizar la aplicación de una misma norma en ambientes culturales diversos, producto de experiencias distintas. Por lo tanto, diversos autores han creado algunos conceptos como el de “Paisajes Morales” que hace referencia a ambientes completamente diversos, como por ejemplo el tratamiento de los esquimales hacia las personas ancianas, o a los visitantes. Y también habrá que tomar en cuenta conceptos como el de “Morales Particulares” que nos permiten apreciar con facilidad la imposibilidad de crear una sola moral aplicable en forma universal.
MORALES PARTICULARES
Son aquéllas que operan dentro de un mismo ámbito cultural específico. Sus reglas sólo tienen validez para una parte del grupo social total. Ejemplo de ello es la ética profesional del médico, el profesor, el militar, el comunicador social, el banquero prestamista, el funcionario, el ingeniero, el comerciante, etc., que tienen como principio moral general el de “hacer cada uno su oficio lo mejor que pueda”. Quien transgrede las reglas de la ética profesional lesiona no sólo su propia reputación sino la de toda la profesión.
¿QUÉ PODEMOS HACER?
Existen y han existido diversas disciplinas que muestran las técnicas para que el ser humano evolucione hacia un estado acrecentado de conciencia, que le permitan expandir las posibilidades de percepción de su realidad y la del universo; que lo lleven hacia lo que supone que sea la grandeza del espíritu o alma. Sobre esos conocimientos podemos leer infinidad de textos antiguos y modernos.
El conocimiento del cómo lograr el crecimiento espiritual y la ampliación de la conciencia no ordinaria, puede ser leído en muchas y distintas fuentes, cada una con sus matices individuales.
Sin embargo, son muy pocos los seres humanos que logran beneficiarse de esos conocimientos. Una de las principales causas de ello, radica en la incapacidad del ser humano para llevar a la práctica ese conocimiento durante mucho tiempo y con la intensidad y dedicación necesarias; es decir, no existe la capacidad para realizar y sostener los esfuerzos requeridos porque la gigantesca fuerza del automatismo, los hábitos y la rutina, lo obliga a olvidar o posponer para otro día cualquier esfuerzo conciente.
Esa fuerza del automatismo, que resulta positiva para mantener el equilibrio de la sociedad dentro de los límites de la psicopatología de la normalidad, deviene tenebrosamente negativa para los seres que se quieren liberar de su mecanicidad. Esta fuerza aplastante del status quo ejerce tal presión sobre el ser humano que da forma y funcionalidad al domesticamiento de todos los seres para establecer y sostener la coherencia social y normal.
Avanzar en el camino del crecimiento evolutivo requiere que nos auto obliguemos conscientemente a abandonar nuestros hábitos, rutinas y costumbres.
En este punto de la triste realidad en que está sumida la condición humana, y tú mismo, bajo una presión tan poderosa, resulta evidente que se requiere de un impulso externo, cuando se haya agotado la energía interna que nos debería motivar a seguir esforzándonos en el camino del progreso evolutivo.
Ese impulso externo podría provenir de un grupo de personas con las que nos hayamos comprometido para que nos estimulen cuando nosotros estemos decayendo, estableciendo un compromiso de reciprocidad para que nosotros los impulsemos a ellos en el momento en que estén perdiendo la energía que los motiva e impulsa a sostener los esfuerzos concientes necesarios para activar círculos virtuosos y desactivar círculos viciosos.
Y ¿dónde se encuentra ese grupo? La respuesta es: Probablemente no existe y tú tienes que crearlo.
Así que, si te interesa, tienes que generar un círculo virtuoso, que a su vez genere más círculos virtuosos que impulsen la oportuna retroalimentación; cuidando que las acciones emprendidas no terminen generando o potenciando algún círculo vicioso. Cuando surjan dudas sobre lo que estés haciendo contra las rutinas y te desagrade el olvido de tus aspiraciones de crecimiento conciente, aplica la herramienta que hemos denominado CET.
Dirige tu actividad vital hacia la generación y sostenimiento de círculos virtuosos y la aplicación valorativa de la Cruz Espiral Todoabarcante, esto requiere de forma indispensable que se realicen esfuerzos concientes desde el interior de nuestro ser. Se necesita la activación, crecimiento y fortalecimiento de nuestras actualmente limitadas posibilidades concientes. Cada esfuerzo conciente que realicemos producirá en nuestro ser la energía fina, que posibilitará el ascenso evolutivo hacia el siguiente nivel y posteriormente: mucho más allá.
Al hacerlo constantemente despertaremos paulatinamente del marasmo adormecedor en que nos tiene sumergidos nuestra abigarrada colección de hábitos y rutinas.
De cualquier manera, quedarnos en la inmovilidad no es opción: ¡¡ALGO HAY QUE HACER!! Es decir, algo tienes que hacer, algo tengo que hacer.
No debemos quedarnos esperando que venga alguno de nuestros personajes de fantasía, para que se haga cargo de nuestro mejoramiento interior y de nuestro crecimiento energético.
Desde hoy mismo, aquí y ahora trabaja en la higiene de tus pensamientos, de tus emociones y dedica mucho tiempo al respetuoso cuidado de tu cuerpo físico. Procura convertir en la principal diversión de tu vida, el rompimiento de tus hábitos y rutinas, tanto las emocionales como las mentales, las físicas y las de cualquier tipo que detectes en tu ser.
Si no puedes hacerlo, tu otra opción será la de esperar cómodamente y sin hacer nada, la llegada de tu inevitable encuentro con la muerte.
CAPÍTULO IV
SOLUCIÓN DE CONFLICTOS E HIGIENE PSICOEMOCIONAL
CONSIDERACIONES Y PREMISAS:
La dinámica propia de las energías en nuestro universo visible, en el que cabe resaltar algunas de las leyes que rigen su funcionamiento como la dualidad o la Ley de Tres, hace que normalmente surjan un sinnúmero de conflictos. Esto hace posible que durante nuestras vidas nos encontremos enfrentando fuerzas opuestas a lo que nos conviene, lo que provoca diferentes tipos de conflictos. Éstos suelen ubicarse en las áreas física, intelectual o emocional.
Lo normal en nuestras vidas es encontrarnos permanentemente expuestos a experiencias que podemos definir como no deseables o inconvenientes. A lo largo de nuestra vida sufriremos ocasional e inevitablemente algunas experiencias desagradables. De los conflictos vividos el ser humano va adquiriendo experiencia que le será útil para su sobrevivencia y posterior bienestar.
Todas las impresiones que percibimos nutren la vida del ser aumentado su nivel de experiencia. En este sentido, las impresiones son un alimento que, por una parte, nos nutre y por la otra, genera su correspondiente deshecho. Constantemente estamos nutriéndonos de impresiones y generando los correspondientes detritus que deberán ser higiénicamente eliminados de nuestro organismo. En forma demasiado esquemática quiero señalar que la parte nutricia se puede ejemplificar como la adquisición de experiencia y la parte a ser eliminada como las emociones y pensamientos negativos que generen.
HERRAMIENTAS PARA LA HIGIENE Y TRANSMUTACIÓN DE LAS EMOCIONES Y PENSAMIENTOS NEGATIVOS
Cuando las impresiones con que nos nutrimos del universo son contrarias a nuestros intereses surge un conflicto. De esos conflictos aprendemos y obtenemos la experiencia para enfrentarlos de la mejor manera posible.
Un error de la educación moderna es la falta de atención que se da a la capacitación para la sana solución de: Conflictos, problemas o agresiones. Considero que las acciones encaminadas a solucionar cualquier conflicto son sanas si, cuando menos, llenan cuatro requisitos, siendo estos que logren ser: Justas, bellas, amorosas y útiles; tanto para nosotros como para nuestros antepasados, nuestros descendientes, nuestros colaterales y para todos los involucrados en el problema.
Para que nuestras acciones, cuando están encaminadas a la solución de un problema, logren realmente ser sanas se requiere que provengan de un esfuerzo conciente del ser. Un esfuerzo conciente que pretenda manifestar lo mejor de nuestra funciones psicoemocionales.
Difícilmente pueden surgir propuestas sanas desde el enfermizo automatismo en el que se ha recibido una educación convenenciera, egoísta, ventajosa y competitiva donde es más importante ganar que ser justo, armónico y fluido. De ahí la necesidad de realizar un esfuerzo conciente para poder manifestarnos en formas justas, útiles, amorosas y bellas. Un esfuerzo conciente para ser mejores aquí y ahora. ¿Mejores respecto a quién?: Mejores de lo que éramos nosotros mismos hace unos momentos. Necesitamos hacer una liberadora revolución interna, una serie de cambios a los que simbólicamente podríamos denominar como una Revolución de la Conciencia.
Una revolución interna de tal envergadura no puede restringirse al ámbito intelectual ya que resultaría inútil. Requiere de un arduo entrenamiento práctico para lo cual debemos capacitarnos y ejercitarnos en el uso de algunas específicas herramientas del método que hemos denominado manipulación conciente de neurotransmisores de memoria de las cuales, por mencionar las básicas, señalaríamos:
a) Aprender a ejercer control sobre la forma en que calificas las experiencias que vives y que percibiste, realizando un esfuerzo conciente para desactivar lo negativo y dar fuerza a lo positivo.
b) Ejercitar constantemente las herramientas con las que se realiza la higiene de las emociones, como son, entre muchas otras, el perdón, la gratitud y el amor.
c) Procurar que nuestro esfuerzo genere un círculo virtuoso y desactive la energía negativa que puede generar futuros círculos viciosos.
RECONOCIMIENTO DE MIS ERRORES, DEBILIDADES Y VICIOS
El sincero reconocimiento de mis errores, debilidades y vicios es indispensable para poder buscar en plena conciencia la forma de corregirlos y superarlos. Forma parte importante de la higiene psicoemocional.
Si nos ponemos de acuerdo para creer que un importante aspecto de nuestra evolución implica ser mejores aquí y ahora, respecto a lo éramos antes; entonces se hace claro el hecho de que cualquier mejoría lograda proviene de haber corregido y/o superado algunos elementos propios de nuestros errores, debilidades o vicios.
Para poder reconocer mis errores, debilidades y vicios, primeramente tengo que observarlos en mi mismo para conocerlos tan crudamente como la imparcialidad de mi observación lo permita.
EJERCICIO:
- Elaborar mi propia definición de error, debilidad y vicio. Para luego compararla con las definiciones que existan en los textos que se encuentren disponibles.
- Hacer una lista de mis errores, debilidades y vicios.
- Escribir las estrategias para corregir todos y cada uno de mis errores.
- Escribir lo que debo hacer para fortalecerme con el fin de eliminar mis debilidades.
- Escribir cómo voy a liberarme de mis vicios.
- Llevar a la práctica las acciones para la corrección, fortalecimiento y liberación de mis errores, debilidades y vicios que se hayan hecho evidentes.
POSIBILIDADES EVOLUTIVAS. CONCLUSIÓN.
Existe una tendencia evolutiva general de las especies que no incluye una automática ampliación de la conciencia del ser.
La evolución física de las especies es automática. Está diseñada dentro del conjunto universal para que, a través del proceso de aprendizaje, mejoramiento y capacitación; las especies se adapten cada vez mejor a su medio ambiente y garanticen su reproducción y supervivencia. Guardando y transmitiendo los elementos esenciales aprendidos durante sus vidas, a través de la memoria genética.
En el caso del ser humano, una vez garantizada su reproducción y supervivencia, la evolución automática llega a su límite. La evolución de la conciencia, la evolución psicoemocional y espiritual no reciben un impulso automático para su acrecentamiento; por el contrario, tanto en lo colectivo como en lo individual, la evolución psicoemocional y espiritual del ser humano no solamente no es impulsada por la inercia de las leyes automáticas del universo sino todo lo contrario.
Es importante remarcar que el acrecentamiento evolutivo de las funciones emocionales y espirituales requiere de esfuerzos concientes por parte del ser humano, para lograr el desarrollo de la posible evolución durante su periodo vital. Con esto quiero dejar claro que la evolución del hombre no está programada automáticamente por el universo sino que es necesario realizar el trabajo interior necesario e indispensable para ello.
Aquí he propuesto solamente algunas herramientas que están bien adecuadas a la época actual, facilitan los esfuerzos de las personas que se dedican total y completamente al desarrollo evolutivo de la totalidad de su ser.
Fraternalmente: Manuel Zurita.